Estimados,
El plan del Gobierno para mantener el dólar en torno a $1.300 hasta las elecciones se apoya en tres pilares:

Tasas altísimas en pesos

El Tesoro convalidó una TEA del 65% a 90 días, más del triple de la inflación proyectada (≈20%).

Se busca sostener tasas reales positivas para evitar dolarización, aunque esto frena la actividad y encarece el crédito.

Absorción de pesos (secar la plaza)

El Tesoro retiró $3,8 billones mediante licitaciones de deuda (Letra Tamar).

El BCRA endureció encajes y controles de liquidez para restringir circulante y reducir presión sobre dólar e inflación.

Ancla cambiaria e inflación contenida ⚖

Se prioriza que el dólar mayorista se mantenga estable como referencia, incluso permitiendo cierta apreciación del peso (baja del Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral).

Objetivo: inflación mensual por debajo del 2% hasta octubre, clave para el frente electoral.

Riesgos y costos

Actividad económica en retroceso: industria pyme estancada, demanda débil.

Alta carga de intereses por deuda en pesos.

Racionamiento de crédito bancario por suba de encajes.

Déficit externo y tipo de cambio apreciado generan dudas sobre la sostenibilidad post-elecciones.

Escenario post-elecciones

Analistas esperan reacomodamiento dólar/tasa: baja de tasas + dólar más alto.

FMI alivió presión con desembolso de USD 2.000 millones y menores metas de reservas.

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