
Lo concreto es que la visita no es una presentación más para el equipo económico. Como telón de fondo, el Gobierno busca fondos para fortalecer las reservas y asegurar así la salida del cepo cuando se den las condiciones que planteó Milei. En esa búsqueda tallan las negociaciones con el Fondo Monetario por un nuevo acuerdo, en el que funcionarios de ambas partes descuentan que habrá algún desembolso por parte del organismo pero que deberá “completarse” con el crédito REPO que el Banco Central gestiona desde hace meses con entidades de Nueva York. De hecho, el ministro reiteró que se podría adelantar la última revisión del acuerdo vigente para quedar en condiciones de avanzar en el nuevo entendimiento.
Esa instancia deberá superar una dificultad. Por un lado, todavía está inconcluso el trámite para la revisión de las metas de junio, cuya aprobación destrabará un giro superior a los USD 500 millones. Pero las metas de septiembre, cuya revisión se anticipará según repitió Caputo, no se cumplirían en su totalidad ya que persiste un desvío en la acumulación de reservas netas. No luce un obstáculo mayor pero, en el marco de las tratativas algo tensas con el organismo, es un dato que juega en contra para el equipo económico a la hora de defender la política de ancla cambiaria.
Es que en el núcleo de las preocupaciones de los inversores está la capacidad y disponibilidad de dólares del país para pagar la deuda. La decisión de adoptada ayer por decreto de modificar las condiciones establecidas para canjear deuda en dólares por la Ley de Administración financiera también generó dudas respecto de la eventual intención de Caputo de reestructurar los próximos vencimientos, aun cuando el funcionario aseguró que ya tiene las divisas para afrontar el próximo pago de USD 1.500 millones.
“Si estuviera pensando en un canje, no hubieran adoptado esa medida justo ahora. El problema es la narrativa que construyen”, opinó Diego Ferro, presidente del fondo de inversión M2M Capital. “La Argentina sigue barata en términos internacionales pero todavía no da la sensación de que haya muchos inversores apurados por entrar. Esperan signos más claros”, agregó. El ex Goldman Sachs consideró sin embargo que en Wall Street existe “simpatía” por la gestión de Milei ya que se considera que “las cosas se están manejando mejor”.